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Fernando Mayorga

A pie, recorriendo los límites del tiempo...

La descripción de Guayaquil por el Capitán Woodes Rogers

En Guayaquil, desde mi escritorio.

El corsario inglés Woodes Rogers invadió Guayaquil a inicios de 1709 y aunque es conocido porque entre su tripulación venía un náufrago rescatado, el escocés Alexander Selkirk, cuya aventura inspiró la novela Robinson Crusoe de Daniel Defoe; también es el autor de “A cruising voyage round the world” donde a manera de bitácora relata sus viajes como corsario en los dominios del Rey de España en las Indias occidentales.

De sus páginas transcribo su Descripción de Guayaquil, allí entre las entradas del 28 y 29 de abril de 1709:

Es la metrópolis de su provincia, alrededor de milla y media de largo, y dividida en Vieja y Nueva, unidas por un puente de madera de más de media milla de largo, pero transitable sólo a pie. Hay algunas casas a cierta distancia de cada lado del puente, y en total sumarían 400 o 500, aparte de sus iglesias, y los habitantes alrededor de 2000 en su totalidad. Su Iglesia Mayor es la de San Tiago o Santiago Apóstol, que tiene 7 altares y una hermosa plaza ante ella; las otras son las de San Agustín, San Francisco, Santo Domingo, y San Ignacio. La última pertenece a los jesuítas. Al pie de la de Santo Domingo, aún no terminada del todo, también existe una plaza, con una media luna, sobre la que antes se ubicaron las armas, pero ninguna estuvo montada allí cuando la tomamos. Tres de esas iglesias eran muy altas, una de ellas de piedra, y todas adornadas con altares, entalladuras, pinturas, etc. y había un órgano en la de San Agustín, pero los sacerdotes y sus estudiantes habían escondido en los bosques toda la platería perteneciente a esas iglesias antes de nuestro arribo. Algunas de las casas del pueblo eran muy altas, algunas construidas con ladrillos, pero la mayoría con madera y una pocas con cierto tipo de bambú. Sólo hay una calle normal junto a la orilla del río hacia el puente y desde allí junto al Pueblo Viejo. La situación (de la ciudad) se encuentra en un terreno pantanoso bajo, tan sucio en invierno, que sin el puente apenas podían ir de una casa a otra. La ciudad es gobernada por un corregidor, que es su principal magistrado, y nombrado por el rey. Su nombre era Don Jerónimo Bos, un joven de aproximadamente 24 años de edad y oriundo de las Canarias. La ciudad está bien asentada para el comercio, y la construcción de buques, para los cuales tienen cobertizos para cubrir a los obreros del sol. Se encuentra a 14 leguas hasta el Punto Arena, y 7 de Puná; el río es grande, recibe varios otros, tiene muchos poblados y haciendas en sus orillas, con abundante mangle y zarzaparrilla, que impregnan sus aguas, y la hacen buena contra la viruela francesa, pero en tiempos de inundaciones es malsana, debido a las raíces venenosas y otras plantas que bajan de las montañas. Tienen abundantes provisiones, ganado negro, ovejas, cabras, cerdos, aves de corral, varios tipos de patos desconocidos en Europa, tiendas de caballos. El agua del río es fresca en la bajamar, casi a la misma distancia que la Puná. Un inglés que había vivido aquí por algún tiempo, vino donde nosotros, nos informó de varios particulares, y nos dijo que el pasado Diciembre tuvieron 3 semanas de celebraciones por el nacimiento del Príncipe de Asturias, cuando se reunieron 1.100 soldados y 500 caballos armados, tal vez un número mucho mayor como ninguno; pero la mayoría de esas tropas llegaron desde el país vecino. Durante estas solemnidades hubo corridas de toros, como en España, que es su principal diversión: Nos dijo asimismo que los buques se construyen aquí con frecuencia para el Rey. Los rehenes nos informaron que, durante las negociaciones, 80.000 dólares del dinero del Rey fueron enviados fuera de la ciudad, junto a su platería, joyas y otros artículos de gran valor: Pero fueron robados en gran medida por los Negros, a quienes les encargaron con prisa para llevarlos fuera: Apresamos a varios de ellos con pertenecías robadas, cuando hacíamos las rondas nocturnas; y por lo tanto hicimos una señal a los habitantes para regresar, mientras nos marchábamos, para que no sufran más perdidas por esos villanos.

Los franceses, y su comercio en aquellos mares, comentaban algunos españoles en general, dañan bastante su comercio, sus puertos marítimos están sensiblemente empobrecidos, y este pueblo era mucho más rico hace 6 años atrás. […]

Llegó el día muy caluroso, y vimos muchos cocodrilos en el río.

Imagen izquierda: Retrato de William Dampier, corsario, explorador y naturalista inglés; renombrado en su tiempo por los varios diarios de navegación que publicaría como resultado de sus tres viajes alrededor del mundo. Debido a su conocimiento y experiencia en los mares del sur, entre 1708 y 1711, fue guía y práctico de la expedición comandada por Woodes Rogers. El óleo sobre lienzo es de Thomas Murray, fue realizado hacia 1698 y pertenece a la “National Portrait Gallery” de Londres.

A la derecha: Mapa de la isla Juan Fernández, frente a las costas de Chile, allí sobrevivió en soledad por varios años el marino Alexander Selkirk. El mapa aparece encuadernado en “A Wagoner of the South Sea describeing the sea coast from Acapulco to Albermarle isle”, traducción al inglés de un derrotero español obtenido en la captura de la nave española “Rosario” por el capitán Bartholomew Sharpe en 1680. El autor del mapa es William Hack quien hizo varias copias de aquel atlas en 1684.

Arriba: Retrato familiar del corsario Woodes Rogers realizado por el pintor William Hogarth en 1729.

Hasta pronto

Publicado por Fernando el 14 Apr 2016
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