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Fernando Mayorga

A pie, recorriendo los límites del tiempo...

Iconografía del frontispicio de la Catedral de Guayaquil. Los Doctores Latinos de la Iglesia.

En Guayaquil, desde mi escritorio.

En la iconografía del arte religioso el término designa al grupo formado por los cuatro santos teólogos más importantes de la antigüedad cristiana, y precisamente son cuatro para establecer un paralelo con los evangelistas; también llamados Padres de la Iglesia, los Doctores de la Iglesia Latina son San Agustín, obispo de Hipona (siglo V); San Ambrosio, obispo de Milán. (siglo IV); San Gregorio Magno, papa romano (siglo VI) y; San Jerónimo, clérigo erudito originario de la antigua ciudad romana de Estridón (siglo IV).

En la catedral de Guayaquil, los Doctores de la Iglesia, están representados con estatuas adosadas que se encuentran colocadas en nichos ubicados simétricamente entre las puertas del frontispicio y ordenados de izquierda a derecha iniciando con San Ambrosio, luego San Gregorio Magno, San Agustín y finalmente, San Jerónimo.

Parece que con el ánimo de evitar confusiones, la arquidiócesis ha optado recientemente por instalar unas pequeñas placas con el nombre de cada uno de los Doctores al pie de los nichos que los contienen, placas que no recuerdo haberlas visto años atrás. No sé si será arriesgado afirmar que nuestros abuelos no necesitaban de dichas placas para identificarlos, por ejemplo recuerdo que una de mis abuelas solía reconocer a los santos por sus atributos (aunque no sabía bien el significado de estos símbolos), algo que cada vez es menos conocido por las nuevas generaciones.

Aunque no es exclusividad del arte religioso cristiano el uso de atributos (objetos reales convertidos en símbolos) en sus imágenes es abundante y poco entendido en nuestros días. En el arte sacro los atributos también sirven para reconocer a algún santo en particular, generalmente caracterizan su personalidad puesto que hacen referencia a algún hecho de su vida tanto como a su martirio, si fuese el caso.

Los atributos que llevan e identifican a los cuatro santos como Doctores y Padres de la Iglesia Latina son el libro, la pluma y la maqueta de la Iglesia. En la imaginería de la catedral de Guayaquil San Ambrosio y San Agustín llevan el libro, San Jerónimo y San Gregorio Magno la maqueta de la iglesia.

También constituye parte de su identidad la vestimenta litúrgica que suele ser propia de la jerarquía eclesiástica, así por ejemplo San Gregorio, lleva la tiara papal; San Agustín y San Ambrosio, ambos fueron obispos por lo tanto estarán representados con la mitra y el báculo pastoral. Con San Jerónimo encontramos una excepción a la norma, o más bien un anacronismo, el santo aunque no fue cardenal lleva un capelo.

A más de los atributos usados de manera general (por ejemplo una rama de palma en la mano de un santo significa que este fue mártir), también existen atributos exclusivos o propios como vamos a ver en el caso de los Doctores Latinos de la Iglesia.

San Ambrosio.- Sus atributos personales son un panal de abejas y un azote o disciplina. El panal hace alusión al enjambre de abejas que se habría asentado en su boca cuando estaba en su cuna, vaticinando así, la fama que tendría por su elocuencia como orador. El azote es su atributo por combatir la herejía arriana y lograr su expulsión de Roma.

San Gregorio Magno.- La representación de este santo que encontramos en la catedral de Guayaquil contraviene la tradición iconográfica que siempre lo representa sin barba.

El atributo personal que mejor lo define es una paloma blanca volando sobre su cabeza o cerca de su oido derecho, símbolo del Espíritu Santo que inspiró todos sus escritos.

Otros atributos son los ornamentos papales como la tiara y la cruz de triple travesaño.

San Agustín.- Agustín de Hipona es fundador de la orden mendicante que lleva su nombre, su atributo personal es un corazón en llamas que sostiene con una mano, símbolo de su fervor religioso; tal vez es el más famoso de los cuatro Doctores debido a su obra “Confesiones”. Otros de sus atributos son un cinturón de cuero y una concha.

San Jerónimo.- El atributo personal que mejor lo identifica es el león, cuenta la “Leyenda Dorada” que estando en el monasterio de Belén se le acercó un león que traía una espina clavada en una de sus patas, el santo le sacó la espina y el animal en agradecimiento se quedó con él. Para recordar la etapa que vivió como anacoreta y penitente, suelen acompañarle otros símbolos como el cráneo o las disciplinas.

Para ampliar el tema y a manera de ejercicio observemos los retratos de los Doctores Latinos de la Iglesia atribuidos a Bernardo Rodríguez y su taller (Escuela Quiteña, 1796) que se exhiben en el Museo Miguel de Santiago Convento de San Agustín, Quito. No los identifico a propósito, hay que descubrir quien es quien.

Hasta pronto

Fuentes: * Carmona Muela, Juan. “Iconografía de los santos” Istmo. Madrid: 2003.
* Hall, James. “Diccionario de temas y símbolos artísticos” 2 Vol. Alianza Editorial. Madrid: 2003.
* Stratton-Pruitt, Suzanne E. (Ed.) “The Art of Painting in Colonial Quito” Saint Joseph’s University Press. Philadelphia: 2012.

Publicado por Fernando el 30 Sep 2016
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